martes, 2 de febrero de 2010

Parásitos

PARASITISMO
Un parásito es aquel ser vivo que se nutre a expensas de otro ser vivo de distinta especie sin aportar ningún beneficio a este último. Este otro ser vivo, recibe el nombre de huésped u hospedador, a expensas del cual se nutre el parásito, pudiendo producir en algunos casos daño o lesiones. En una definición precisa, podemos resumir, que es una relación en la que el parásito es dependiente metabólicamente de su hospedador y no es beneficiosa para éste. El parásito puede obtener beneficios del huésped, como protección frente a depredadores o competidores. Los parásitos suelen causar siempre algún perjuicio a su hospedador en mayor o menor grado. Existen parásitos que se multiplican dentro del huésped y por lo general lo hacen dentro de sus células, relacionándose con el metabolismo, y provocando reacciones por parte de los anticuerpos. Producen fases infecciosas en el huésped, viviendo dentro del cuerpo o en las cavidades del afectado. El parasitismo implica una relación trofica con su huésped (obtención de nutrientes) pero también puede implicar otras relaciones como lo es la de protección por parte de este último. Una de las características comunes del parasitismo es que conlleva un intercambio de sustancias, que provocan en el hospedador una respuesta inmunológica. De esta manera, el parásito debe vencer la acción del sistema inmune del hospedador para tener éxito. Así, las interacciones antígeno-anticuerpo son más complicadas cuanto mayor sea la complejidad de los antígenos. Un recurso de inmunoevasión para el parásito es el de formar antígenos (sustancias que que generan o crean oposicion, desencadenando la formación de anticuerpos y causar una respuesta inmune) que se parezcan a los del huésped (mimetismo). Otro, es el de adherir antígenos del hospedador a la superficie externa del cuerpo del parásito (enmascaramiento antigénico). O el recurso de ir variando constantemente y rápidamente sus proteínas de superficie (antígenos) de forma que los anticuerpos producidos por el huésped no lo puedan reconocer; el resultado es que el hospedador invadido no reconoce al parásito como invasor o la respuesta que éste produce no es totalmente efectiva. Si bien el parásito debe adaptarse a la respuesta inmunitaria y, en general, a la vida parasitaria, el hospedador también debe hacerlo.
El parasitismo es una interacción entre organismos de diferentes especies, en la que el parásito consigue la mayor parte del beneficio de una relación estrecha con otro, el huésped u hospedador. El parasitismo puede ser considerado un caso particular de predación o, para usar un término menos equívoco, de consumo. Los parásitos sociales obtienen ventajas de la interacción con miembros de una especie social.
El parasitismo es un proceso por el cual una especie amplía su capacidad de supervivencia utilizando a otras especies para que cubran sus necesidades básicas y vitales, que no tienen por que referirse necesariamente a cuestiones nutricionales, y pueden cubrir ventajas para la reproducción de la especie parásita, etc. Las especies explotadas normalmente no obtienen un beneficio por los servicios prestados, y se ven generalmente perjudicadas por la relación, viendo menoscabada su viabilidad.
El parasitismo puede darse a lo largo de todas las fases de la vida de un organismo o sólo
en periodos concretos de su vida. Una vez que el proceso supone una ventaja apreciable para la especie parásita, queda establecido mediante selección natural y suele ser un proceso irreversible que desemboca a lo largo de las generaciones en profundas transformaciones fisiológicas y morfológicas de tal especie. Muchos parásitos obtienen beneficio de los organismos huéspedes mediante mecanismos pasivos. A menudo tienen elaborados mecanismos y estrategias para encontrar organismos hospedadores. Es muy común que los organismos huéspedes también hayan desarrollado mecanismos de defensa. El sistema inmunológico puede ser objetivo de la mayoría de los parásitos. Muchos parásitos se han adaptado evolutivamente a especies huéspedes en concreto; en tales interacciones las dos especies han evolucionado cada una por su lado dentro de una relación relativamente estable, que no mata al huésped de manera rápida, lo que sería perjudicial para el parásito. La estrecha correspondencia entre las evoluciones de parásitos y huéspedes tiene mucho que ver con la especificidad del parasitismo. Los parásitos son generalmente muy selectivos con respecto a sus hospedadores, llegando en un elevado porcentaje de casos a ser exclusivos de una especie.
Si el lector de esta nota llegare a encontrar alguna similitud con la realidad social de nuestro país y del mundo, notará el error que se comete al negar la importancia de las ciencias naturales, para analizar algunos aspectos de las sociedad humanas, elemental objeto de estudio de las ciencias sociales. La realidad habla por sí sola.

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