miércoles, 10 de marzo de 2010

Socialismo en el Tercer Reich

Asistencia Social Nacionalsocialista

La comunidad del pueblo y el principio autoritario constituyen los principios fundamentales de la nueva Alemania. En el Estado nacionalsocialista la asistencia social ya no es un síntoma inevitable de deficiencias transitorias, sino que es un servicio permanente al pueblo. Desde la revolución nacional el número de personas atendidas por los patronatos de asistencia social ha disminuido en más de la mitad mediante la reducción del paro forzoso. El trabajo de asistencia social pudo dirigirse por nuevos caminos e igualmente se pudo proteger a los necesitados, así como fomentar el bien de la comunidad nacional, el mantenimiento y fortalecimiento de la vitalidad del pueblo y la formación de una juventud sana. Para conseguir este objeto, fue necesario despertar y reunir todas las energías del pueblo. Así como el movimiento nacionalsocialista es el punto de apoyo del Estado y ha llegado a formar con éste una unidad, así también la asistencia social en manos de la administración del Estado (ministerios de Gobernación y Trabajo) halla ahora más que nunca su complemento en el trabajo de las organizaciones particulares de auxilio social. Conjuntamente trabajan las cuatro grandes agrupaciones centrales de la asistencia social privada: la asistencia nacionalsocialista (NSV), la misión interna (evangélica), la agrupación alemana Caritas (católica) y la Cruz Roja alemana, cuya colaboración, desde 1933, con la asistencia social del Estado se ha ido haciendo cada vez más estrecha con todos los Estados federales, provincias y municipios. En la agrupación dentro del Estado de la asistencia pública y privada, y de la asistencia a la juventud se ha concertado la forma exterior de esta obra social. El “auxilio de Invierno del pueblo alemán” (WHW) y el “auxilio a la madre y al niño” demuestran de la mejor manera, por sus resultados, que la asistencia social se ha convertido en un asunto de todo el pueblo alemán.

Desde principios del año 1936 ha sido delimitada con más exactitud la competencia de la administración del Estado en este terreno. El Ministerio de Trabajo organiza la asistencia social para los inválidos de guerra, para las familias de los muertos en la guerra, para los pequeños rentistas y rentistas sociales, así como los asuntos generales de la asistencia social del trabajo y todas las medidas especiales a favor de la población menesterosa. El Ministerio de Gobernación se encarga de todas las cuestiones generales de la asistencia social, de la asistencia social para todos los demás menesterosos y de los asuntos de la asistencia social privada. Debido a que los hombres directivos del movimiento nacionalsocialista son todos combatientes de la guerra, también en el Estado nacionalsocialista reina el espíritu del frente de la guerra mundial: honor, valor, cumplimiento del deber, camaradería. El cuidado en favor de los inválidos y de los familiares de los caídos en la gran guerra se ha convertido en un deber de honor del Tercer Reich; éste trata de asegurar una existencia independiente a las víctimas de la guerra. Desde 1933 se ha realizado ampliamente el principio según el cual los afectados por la guerra tienen derecho especial a un puesto de trabajo. Todas las fábricas y talleres están en la obligación legal de hacer ocupar un número determinado de puestos de trabajo por lisiados graves de la guerra. De esta manera se ha conseguido en dos años dar empleo a 27.000 de los casi 47.000 mutilados sin trabajo que aún existían a fines de Marzo de 1933; más tarde se han obtenido ulteriores progresos. Convenios especiales entre los principales órganos de la asistencia social y de la organización médica han logrado en los últimos tiempos importantes mejoras en la asistencia médica a favor de los ciegos de la guerra y de los heridos en la cabeza. A este hay que añadir un suplemento de pago de 60 marcos al año que beneficia a más de 420.000 ex combatientes con derecho a asistencia. Un paso decisivo fue realizado en la asistencia a los familiares de los muertos en la guerra mediante una ley especial: en virtud de ésta se concede a la viuda una pensión por valor del 60% de la renta total a la cual tenía derecho el fallecido y, al mismo tiempo, otra complementaria de 34 marcos al mes. El agradecimiento del nuevo Estado a los combatientes inválidos de la revolución nacional ha sido expresado equiparándolos a los heridos de la guerra. El Führer ha ordenado destinar para ambos grupos medio millón de marcos al año, provenientes de los fondos del Partido por haberse sacrificado en aras del porvenir de Alemania. Gozan de tratamiento similar al de los inválidos de guerra los obreros y empleados perjudicados gravemente en su capacidad de trabajo a consecuencia de un accidente. Del espíritu de la comunidad del pueblo ha surgido la “Fundación para las Víctimas del Trabajo”. Gracias a la creación del patronato de artesanos ciegos, la ocupación de éstos ha experimentado un incremento importante. Una medida esencial en la legislación de asistencia social nacionalsocialista la constituye la “ley de ayuda a los rentistas pequeños”. Esta ley dispone el alivio de la situación de miles de rentistas modestos: compatriotas a los cuales la inflación destruyó el producto del trabajo de toda la vida y con ello la segura existencia en la vejez. Las extensas medidas del Ministerio de Trabajo, en la esfera de la asistencia médica a los niños, redundan en beneficio de la juventud alemana; han sido destinadas considerables sumas para favorecer por medio de curas médicas la salud comprometida de niños y fomentar la salud y el vigor de las nuevas generaciones.

La organización más importante de la asistencia social privada es la “Asistencia social nacionalsocialista” (NSV) creada el 3 de Mayo de 1933, por disposición del Führer, e inspirada en el principio nacionalsocialista “El interés de la colectividad está por encima del interés individual”. A diferencia de las organizaciones de asistencia pública de la época pre y posguerra, la actual dimana del mismo pueblo alemán entero. La NSV dice a cada ciudadano alemán: “El derecho a la comunidad no puede ser nunca mayor que el deber respecto a ella” y exige de él la contribución consciente de todas sus fuerzas en la lucha por la vida, pero al mismo tiempo pide de la comunidad del pueblo el sacrificio a favor del connacional que haya caído en situación precaria. El lema del socialismo de Hitler: “¡Uno para todos, todos para uno!” halla en esta organización su máxima expresión ética. El donativo al necesitado ya no debe concebirse como una limosna, más bien en él se manifiesta la voluntad de la comunidad del pueblo de ayudar, por las fuerzas propias de la totalidad, a los menesterosos hasta que puedan seguir su camino como hombres libres e independientes, para servir después a la comunidad desde sus respectivos puestos. El bienestar de la comunidad del pueblo es la ley suprema de la asistencia social nacionalsocialista; su misión, por tanto, no puede residir en la aportación arbitraria a los menesterosos de los medios necesarios para el mantenimiento de su vida, sino que deberá desplegar todas sus energías allí donde se encuentren hombres de valor a quienes, derribados por el destino adverso, no les es posible ascender de nuevo por esfuerzo propio. La asistencia social nacionalsocialista no espera con su ayuda hasta que el menesteroso esté ya enfermo o en la miseria sino que su meta es conjurar preventivamente el comienzo del mal. Es decir “¡más vale prevenir que curar!”. La asistencia social de los tiempos pasados se distingue claramente en esta esfera de la actividad desarrollada por la nueva Alemania. Antes prevalecía la característica de la compasión; se cuidaba del caso particular. Hoy, la asistencia social se basa en el espíritu de sacrificio de la comunidad. Sin éste no existe ni camaradería, ni amistad, ni amor, ni pueblo verdadero; solamente la disposición al sacrificio distingue al hombre superior y garantiza la capacidad vital de una comunidad. Este carácter especial de la NSV determina la naturaleza complementaria de sus aportaciones: éstas no eximen ni al Estado ni al municipio del auxilio legal a los necesitados. En toda su acción de ayuda la NSV se deja guiar por dos postulados fundamentales: 1º el de la obligación de la comunidad del pueblo de colaborar para la conservación, bienestar y salud del pueblo; 2º el de contribuir mediante este trabajo a la labor de educación del alemán para la comunidad del pueblo.Es digna de mención la “Dotación Hitler de plazas gratuitas” para los antiguos compañeros de lucha del Führer. Nada menos que 442.536 miembros de la SA, SS, NSKK, correligionarios y compatriotas en general han podido disfrutar de vacaciones gracias a esta dotación. Una “campaña para la adquisición de camas” se organizó con el fin de que cada alemán tenga lecho propio; la NSV ha distribuido más de 674.000 camas que, junto con la ropa correspondiente, exigieron un gasto de 21.980.000 marcos. Por medio de otra colecta especial de la NSV se han podido enviar al campo cientos de miles de jóvenes hitlerianos que, alojados en tiendas de campaña, han aprovechado de educación intelectual y deportiva. Las grandes medidas de auxilio: labor de las enfermeras nacionalsocialistas, patronato antituberculoso, organización de los salarios en los días sin trabajo en las minas, socorro especial a los territorios cuyas cosechas han sido perjudicadas por inundaciones, etc., lucha contra las epidemias, socorro por causa de catástrofes, etc., nos dan una idea de las formidables realizaciones de la NSV.

La familia, célula la más importante de la comunidad del pueblo en la ideología nacionalsocialista, es el centro y punto de partida de todas las obras de la NSV. En el verano de 1934 se creó la Obra de Auxilio “Madre y Niño” como la expresión más evidente de la política demográfica, de educación y de fomento de la higiene. Sus funciones son las siguientes:
1º Contribuir a la eliminación de las necesidades económicas que influyen desfavorablemente en la vitalidad y en la salud de las familias sanas. Aquí se comprenden también el socorro económico, el de colocación de obreros y el de subsidios para la vivienda.
2º El fomento de la higiene de la madre y del niño para asegurar la existencia del pueblo. En esto se comprenden las disposiciones relativas al cuidado de las embarazadas y parturientas, las curas de reposo para las madres y niños.
3º La protección de los niños de edad preescolar para cuidar de su higiene y desarrollo físico. Esta cuestión está resuelta tanto para la ciudad como en el campo por los jardines infantiles, sobre todo durante la cosecha y en las comarcas fronterizas.
Para la realización práctica de la obra, cada grupo local de la NSV ha organizado un consultorio “Madre y Niño” dirigido por una mujer. Este consultorio recibe las solicitudes de las madres, las estudia y asesora a éstas incluso en cuestiones de carácter psíquico. El número de estos consultorios es de unos 26.000; en ellos trabajan juntas las enfermeras municipales, directoras de hogar, niñeras, asistentes sociales. A más de 227.000 asciende el número de las personas de ambos sexos empleadas en esta obra, de las cuales más de 100.000 son voluntarias. Los medios económicos de la obra “Madre y Niño” provienen en primer lugar de las cuotas de los asociados de la NSV.
Cesare Santoro: "La Alemania de Hitler vista por un extranjero"

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