lunes, 7 de septiembre de 2009

Armamentismo Brasileño

Histórico Pacto Militar entre Brasil y Francia
Brasilia comprará armamento por US$ 12.000 millones, monto que supera el Plan Colombia y las compras de Venezuela a Rusia

En un pacto militar que podría alterar el equilibrio de fuerzas en América latina, el presidente de Brasil, y gran trabalhador metalurgico progresista Luiz Inacio Lula da Silva, y su par francés, Nicolas Sarkozy (descendiente de judíos húngaros), firmarán hoy el mayor acuerdo de defensa de los últimos tiempos y afinarán sus posiciones diplomáticas para reformar el Consejo de Seguridad de la ONU. De esta manera, el país hermano se arma hasta los dientes de cara a conflagraciones que no sabemos cuán lejos se encuentran en el tiempo.
Invitado de honor a la fiesta por la independencia brasileña, que se celebra hoy, Sarkozy llegó ayer por la tarde a Brasilia y se reunió anoche con Lula en el Palacio de Alvorada, la residencia oficial. Haciendo un poco de historia, fue el 7 de setiembre de 1822, cuando Don Pedro I pronunció las famosas palabras de ¡Independencia o Muerte! recordadas como "El Grito de Ipiranga", quebrando los lazos de unión política con Portugal, siendo proclamado Emperador.
Después de los actos conmemorativos, que incluirán un desfile en la Explanada de los Ministerios, los mandatarios firmarán hoy los acuerdos negociados en diciembre pasado, que incluyen la compra por parte de Brasil de cuatro submarinos convencionales Scorpène, 50 helicópteros de transporte militar y la fabricación del casco de un submarino nuclear por un total de más de 12.000 millones de dólares.
Se trata de un monto que supera al Plan Colombia, firmado por Bogotá y Washington en 2000. Además, el "valor de esta operación es muy superior a las compras de armas realizadas por Venezuela a Rusia", destacó ayer el diario Folha de S. Paulo , que calificó al pacto entre Lula y Sarkozy como el "mayor y más importante pacto militar de la historia reciente".
El acuerdo, sólo comparable al firmó en la década de 1940 el presidente brasileño Getulio Vargas con los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, convertirá a Brasil en el séptimo país en integrar el "club selecto" de naciones capaces de proyectar, construir y operar submarinos convencionales y nucleares, consignó Folha.
Además de los submarinos y helicópteros, el gobierno brasileño probablemente compre a Francia 36 aviones caza Rafale a un costo de 5500 millones de dólares. La preferencia por los cazas franceses fue confirmada por el ministro de Defensa, Nelson Jobim, pero esa adquisición aún no fue concretada. "Todavía espero las consideraciones de la FAB (Fuerza Aérea Brasileña) sobre el precio y la transferencia de tecnología. Ellos harán la elección e indicarán los pros y los contras de cada avión", señaló Jobim.
Los militares brasileños deben definir el vencedor de una licitación, cuyos tres finalistas son los aviones franceses Rafale, los F-18 de Estados Unidos y los Gripen, de Suecia.
Para convencer a Brasil, que busca desarrollar su propia industria de defensa, Francia aceptó un acuerdo sin precedente de transferencia de tecnología. Además, el acuerdo con Francia incluye un protocolo de cooperación para modernizar su capacidad de combate.
Con la firma del acuerdo, sumada a la probable adquisición de los aviones Rafale, Brasil se confirma como socio preferencial de Francia, lo que le permitirá acceder de manera privilegiada a tecnología de punta para capacitar su industria bélica. El mismo Sarkozy afirmó ayer, en una entrevista con el diario O Globo , que la "alianza estratégica" en marcha no es un acuerdo comercial entre un país proveedor y otro comprador de armas, sino una "sociedad" en la que Brasil recibirá equipos y conocimiento.
Según especialistas en la materia, este acuerdo modificará la ecuación militar de la región, siendo el inicio -aunque nadie lo admite porque puede traer consecuencias diplomáticas-, de un camino que dará al país el mayor poder de fuego naval de América latina.
El diputado José Genoíno, del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), enfatizó con la ironía que caracteriza a aquellos que respaldan el armamentismo del propio país, que el reequipamiento brasileño no es una amenaza para los demás países de la región. "La política de defensa adecuada para Brasil es la disuasiva, no la de la confrontación, pero un país que se quiere proyectar internacionalmente debe contar con una fuerza coherente" con sus aspiraciones, explicó.
El fortalecimiento del poderío naval brasileño tiene como prioridad velar por los más de 50.000 millones de barriles de petróleo descubiertos en los últimos años que yacen en el litoral atlántico. La preocupación por garantizar la seguridad de esos "recursos estratégicos" aumentó luego de que Estados Unidos anunció, el año pasado, la reactivación de su IV Flota, reconoció Genoíno.
"En materia de defensa ninguna decisión se toma sin querer", comentó el legislador, que representa al PT en la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa de la Cámara baja.
El acuerdo se firmará en un momento en que hay fuertes coincidencias políticas y diplomáticas entre Brasil y Francia, explicó Sarkozy a O Globo . Ambos países comparten la idea de impulsar "un nuevo orden mundial más solidario. Además, Francia defiende la idea de que Brasil debe ser un miembro permanente del Consejo de Seguridad", señaló Sarkozy.
París también parece interesada en la firma de acuerdos para la construcción de plantas nucleares en Brasil (las mismas que se le niegan a Irán), que reactivó su programa de energía atómica y planea construir por lo menos cuatro centrales en los próximos años. Según los analistas, estos acuerdos forman parte de sus aspiraciones de tener en Brasil una plataforma para su expansión económica en América latina.
En resumidas cuenta, la política exterior de Francia aún mantiene marcados vestigios de expansionismo imperialista, y en su histórico enfrentamiento con el frente anglo-yanqui, busca tener y respaldar a un importante aliado en esta región. Mientras tanto, la Argentina sigue siendo desarmada de manera sistemática, ante la absoluta pasividad y complicidad no solo de los mandos militares (los peores desde el nacimiento de la Patria), sino también de los dirigentes políticos que debrían velar por nuestra defensa nacional. Nosotros ilusamente creemos no tener hipótesis de conflicto, mientras nuestros vecinos fortalecen día a día su poderío militar. Una nación desaparece cuando sus habitantes pierden la voluntad de seguir existiendo, y los argentinos llorarán como mujeres lo que no supieron defender como hombres, si es que no reaccionan a tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario