La Ira de Jehova
El matutino israelí "Maariv" ha titulado un artículo como "La guía completa para el asesinato de no judío", lo que debería servirnos para conocer sobre el potencial desestabilizador que atesoran enclaves como la colonia para judíos de Yitzhar. La nota hace referencia al libro religioso que publicó este lunes el conocido rabino Yitzhak Shapiro, uno de los guías espirituales de ese asentamiento radical situado en las inmediaciones de la villa palestina de Nablus, en Cisjordania. Según explican los periódicos israelíes, "Las enseñanzas del Rey" –así se titula el manuscrito- es un compendio de lecciones para estudiantes israelíes en el que se justifica con argumentos teológicos el homicidio de no judíos, incluidos niños y civiles. Algunos lectores pensarán que se enfrenta a un dislate de este periodista, pero simplemente les voy a citar extractos del texto que también recoge Maariv.
"Cualquier ciudadano de un estado que se oponga a nosotros, que apoya a sus soldados o que expresa satisfacción con sus acciones es considerado un perseguido y puede ser asesinado. También, cualquiera que debilite nuestro estado con palabras o acciones similares es considerado un perseguido", se lee en uno de los párrafos que argumentan a favor del homicidio de no combatientes.
Pero la dialéctica extremista alcanza su clímax cuando Shapiro se refiere a la muerte de bebés, que aprueba al considerarlos 'obstáculos' atrapados en medio de un conflicto. "Se les puede matar porque su presencia ayuda al asesino. Hay justificación para el asesinato de bebés si está claro que al crecer nos harán daño y ante tal situación se les puede hacer daño de forma deliberada, no sólo durante los combates con los adultos". Para Shapiro la venganza no sólo no es reprobable sino necesaria y defiende que "a veces seamos crueles para crear el adecuado balance de terror".
Como aducía Maariv, "el libro incluye en torno a 230 páginas de leyes (religiosas) relativas al asesinato de no judíos, una especie de guía para cualquiera que se plantee la cuestión de si es o no permisible arrebatar la vida de un no judío". La distribución de este manual ha generado ya la protesta de algunos políticos y activistas israelíes como el diputado laborista Ophir Pines que exigió una reacción más contundente de la justicia de su país. "Imaginen cual hubiera sido la reacción si un libro hubiera dicho lo opuesto, que está permitido matar judíos", precisó. Pero a los observadores que siguen la actualidad de Oriente Próximo tampoco les debería sorprender estas opiniones de un personaje y un enclave que se han caracterizado por sus posiciones extremas desde hace años. De hecho, los habitantes de Yitzhar –una población establecida en 1984- ni siquiera reconocen la autoridad de Tel Aviv y abogan por la creación de un estado teocrático bajo el dominio de clérigos como Shapiro. Recuerdo que ya en abril del 2005 hice un largo reportaje sobre este movimiento fundamentalista judío que despotricaba abiertamente contra Israel y defendía la creación del reino de Judea. Entonces una portavoz de la colonia de Yitzhar me explicó sin reparo alguno que sólo aceptaban la democracia 'para favorecer a los judíos'. "El estado nos lo entregó Dios pero ¿qué hicimos con él?. El niño se ha convertido en un monstruo", sostuvo en referencia a Israel.
"Cualquier ciudadano de un estado que se oponga a nosotros, que apoya a sus soldados o que expresa satisfacción con sus acciones es considerado un perseguido y puede ser asesinado. También, cualquiera que debilite nuestro estado con palabras o acciones similares es considerado un perseguido", se lee en uno de los párrafos que argumentan a favor del homicidio de no combatientes.
Pero la dialéctica extremista alcanza su clímax cuando Shapiro se refiere a la muerte de bebés, que aprueba al considerarlos 'obstáculos' atrapados en medio de un conflicto. "Se les puede matar porque su presencia ayuda al asesino. Hay justificación para el asesinato de bebés si está claro que al crecer nos harán daño y ante tal situación se les puede hacer daño de forma deliberada, no sólo durante los combates con los adultos". Para Shapiro la venganza no sólo no es reprobable sino necesaria y defiende que "a veces seamos crueles para crear el adecuado balance de terror".
Como aducía Maariv, "el libro incluye en torno a 230 páginas de leyes (religiosas) relativas al asesinato de no judíos, una especie de guía para cualquiera que se plantee la cuestión de si es o no permisible arrebatar la vida de un no judío". La distribución de este manual ha generado ya la protesta de algunos políticos y activistas israelíes como el diputado laborista Ophir Pines que exigió una reacción más contundente de la justicia de su país. "Imaginen cual hubiera sido la reacción si un libro hubiera dicho lo opuesto, que está permitido matar judíos", precisó. Pero a los observadores que siguen la actualidad de Oriente Próximo tampoco les debería sorprender estas opiniones de un personaje y un enclave que se han caracterizado por sus posiciones extremas desde hace años. De hecho, los habitantes de Yitzhar –una población establecida en 1984- ni siquiera reconocen la autoridad de Tel Aviv y abogan por la creación de un estado teocrático bajo el dominio de clérigos como Shapiro. Recuerdo que ya en abril del 2005 hice un largo reportaje sobre este movimiento fundamentalista judío que despotricaba abiertamente contra Israel y defendía la creación del reino de Judea. Entonces una portavoz de la colonia de Yitzhar me explicó sin reparo alguno que sólo aceptaban la democracia 'para favorecer a los judíos'. "El estado nos lo entregó Dios pero ¿qué hicimos con él?. El niño se ha convertido en un monstruo", sostuvo en referencia a Israel.
“Es permisible matar a los Justos entre las Naciones aunque no sean responsables de la situación amenazadora”, escribe, y añade: “Si matamos a un gentil que ha pecado o ha quebrantado alguno de los siete mandamientos (porque nosotros observamos los mandamientos), no hay nada malo en ello”. Diversos rabinos destacados, como Yithak Ginzburg y Yaakov Yosef, han recomendado este libro a sus alumnos y seguidores. El gobierno de Israel no prohibió la publicación de ese libro.
Hasta el momento de redactarse esta nota, no se ha escuchado ningún comentario de medio periodístico alguno, condenando el hecho, repudiando la criminalidad del mismo. Hubo un sacerdote católico inglés llamado Richard Williamson, que tuvo el valor de plantear la verosimilitud del llamado "Holocausto", lo cual le redundo en un repudio mundial, la expulsión de nuestro país a manos de un gobierno "popular y progresista", y ser sancionado hasta por el mismísimo Vaticano. Todos rasgaron sus vestiduras, y ladraron a los cuatro vientos. Pero en realidad, este silencio guarda coherencia, pues difícilmente pueda hablarse del tema teniendo a agentes periodísticos como Mauricio Goldfarb, Samuel Gelblung, Pedro Brieger, y muchos etcéteras más.
Hasta el momento de redactarse esta nota, no se ha escuchado ningún comentario de medio periodístico alguno, condenando el hecho, repudiando la criminalidad del mismo. Hubo un sacerdote católico inglés llamado Richard Williamson, que tuvo el valor de plantear la verosimilitud del llamado "Holocausto", lo cual le redundo en un repudio mundial, la expulsión de nuestro país a manos de un gobierno "popular y progresista", y ser sancionado hasta por el mismísimo Vaticano. Todos rasgaron sus vestiduras, y ladraron a los cuatro vientos. Pero en realidad, este silencio guarda coherencia, pues difícilmente pueda hablarse del tema teniendo a agentes periodísticos como Mauricio Goldfarb, Samuel Gelblung, Pedro Brieger, y muchos etcéteras más.
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